Friday, March 26, 2010

Protesto!!

Quiero aprovechar la oportunidad que me brinda este espacio, para elevar, lo más alto que se pueda, una enérgica protesta contra todo el mundo cinematográfico en general. Dicha protesta, se hace extensible a telefilms, series, anuncios publicitarios y demás farándula que inunda nuestra programación televisiva habitual, sea en la cadena que sea, y en cualquier horario. Sí, las series de dibujos animados también…

Que cual es el motivo de la protesta… No se me impaciente, me explico inmediatamente. Creo hablar en nombre de todos los retrosexuales, cuando afirmo que existe una brutal discriminación hacia todos los miembros de nuestra especie, por parte de dicho sector. ¿Pruebas? Todas las que quieran, aunque es obvio lo que afirmo y basta con que le de al “power” de su televisor para confirmar lo que digo…, bueno vale, lo que escribo.

(En estos momentos, uno de mis periquitos me está mirando con cara de estupor. Claro, él no vive bajo la sombra de ningún periquito metrosexual que se lleve todo el protagonismo).

Sé perfectamente cual es el motivo de dicha discriminación: La envidia. Sí señores, la envidia cochina de la que somos objeto por parte de los guapos de turno. Sólo así se explica que las dos mejores series de las que hemos disfrutado en nuestra televisión, hayan sido borradas del mapa. Dos series que triunfaban en los índices de audiencia, y en las que buena parte de sus protagonistas tenían una clara tendencia retrosexual: Los Serrano y 7 Vidas. En esas dos series, había belleza en su justa medida, sin saturarnos de modelos como en otras series, en las que hasta los extras se merecían primeros planos…

En este punto, tengo que aclarar, que la mayoría de las series y películas a las que acuso de discriminación, son de origen americano, más concretamente de esos Estados Unidos, que tienen más de unidos que de estados, y en las que es difícil, por no decir imposible, encontrarse con un súper-policía rechoncho, una asesinada fea, o un héroe calvo. Y el colmo de la discriminación, se lo lleva la industria pornográfica, donde ni por asomo, verás a un actor con barriga ni a una actriz con celulitis…

Por todos esos motivos, y para que conste en acta (que lo escriba el/la taquígrafa/o que corresponda), los retrosexuales hacemos hincapié en la siguiente lista de exigencias:

-Que en el próximo capítulo de CSI, la desafortunada asesinada, sume sobre una báscula más de 50 kilos, a ser posible sin ropa.

-Que el/la guapo/a de turno tenga un papel secundario y diga menos frases que el/la feo/a de turno.

-Que al menos en dos de cada tres películas el bueno sea calvo y el guapo sea el malo perverso.

-Que en todas las películas pornográficas al menos uno de sus protagonistas tenga el miembro por debajo de la media (perdón, me he expresado mal, he querido decir por debajo de lo que le mide a la mayoría y no que le llegue por debajo de la media…), y por supuesto, que no esté depilado/a en lo referente a su zona genital.

-Que se prohíba tajantemente en las películas el uso de gomina, o cualquier otro fijador de pelo, en cantidades industriales, o mejor dicho en cualquier cantidad.

-Que al menos una de cada tres actrices que aparezcan en pantalla en ropa interior use bragas de cuello alto, o que en su defecto use faja (aunque el guión no lo exija).

-Que en todas las películas pornográficas, al menos uno de cada tres coitos, dure lo que dura un coito de verdad (unos 15 minutos), porque tiene que durar lo que dura dura, y si dura dura más tiempo es por consumo de estupefacientes…, Ah! Y que no se quiten los calcetines.

-Que al menos uno de cada tres policías beba cerveza en lugar de whisky, y si puede ser que no use vaso, y ya puestos a pedir, que después de dar un buen trago, eructe como Dios manda.

-Que James Bond, en al menos una escena de cada película se despeine…, o mejor dicho, que el nuevo agente 007 sea Santiago Segura.

-Que… ¡y qué carajo! Que uno y medio de cada tres actores ó actrices no tenga inconveniente en reconocer que preferiría ser menos agraciado físicamente, incluso aunque tuviera que hacer de malo toda su vida (como el pobre Jack Nickolson, un retrosexual convencido).



Como pueden ver, son unas peticiones completamente normales y adecuadas a la ley de no discriminación a los retrosexuales. Si a alguien no le parecen adecuadas las exigencias, una de dos: que lo diga o que se calle. Mejor que se calle, pero nosotros no discriminamos a nadie, así que dejamos la puerta abierta a cualquier opinión por muy extravagante que nos parezca…

Saludos cordiales.



Pd.:¿Alguien sabe dónde se entregan este tipo de protestas?...

Tuesday, March 23, 2010

PORQUE NOS GUSTAN LOS FELPUDOS


Pues sí, como contarlo, no hay nada más hermoso que lo creado por la naturaleza.
Para que cambiar el aspecto de un clavel, o el olor de una rosa.
Por que nos enternece el llanto de un bebe, o el lloro de un cachorro.
Donde encontrar colores más hermosos que un amanecer primaveral y cuadro más hermoso que una puesta de sol en el caribe.
Por todo esto y más que no me sale de los huevos escribir, yo pienso…..
“por que cojones las tías se tienen que depilar el chichi”
A quien no le ha ocurrido alguna vez, que se enrolla con una chica una noche de juerga, una de esas chicas finas, con minifaldas, botas y bolso de Mafalda, una de esas chicas que parecen, solo parecen, inocentes criaturas a las que vas a enseñar la diferencia que hay entre un padre o hermano, y un depredador nocturno, que sale de caza dispuestos a atacar a la criatura más indefensa de la jungla urbana.
Cuando parece que todo va rodado, que la muchacha inocente, después de unos cuantos chupitos, empieza a decirnos tonterías, nos empieza a comer la oreja y a ponernos más becerros que un toro en celo. Pasamos de nuestros colegas y de sus amigas, y buscamos la ocasión para llevarla a un lugar privado donde poder desahogarnos.
Empezamos con unos besos, pero pronto comenzamos a meterla mano, eso sí, poco a poco, que no se nos asuste. Ella inocentemente nos dice que si es no suele irse con ningún chico el primer día, que si se siente un poco mareada, que si es cosa del alcohol, que si tal, que si cual…. Todo muy bonito y mucho cuento, pero cuando llega el momento clave, joder con la niña inocente, como se desenvolvía en las distancias cortas, cogió la sartén por el mango y no había manera de pararla. Cuando ya no veía más allá de sus tetas, y el pantalón está a punto de reventar, va la tiparraca y me pide 100 € si quiero que continúe .Ya me tenia que haber mosqueado cuando noté que estaba rasurada completamente, no tenia “ni un pelo de inocente”.
Desde entonces, quizá me he quedado traumatizado, no lo sé, pero donde este una mujer con felpudo, o por lo menos con un bigotito, pues como que me gustan más. Tampoco quiero decir que lleven tentáculos, no me mal interpretéis, que las hay que cuando van a la playa y se meten al agua, parece que llevan medusas entre las piernas, ya sabemos todos de que hablamos.

Saturday, March 20, 2010

Reivindicación.

Muchos se preguntarán qué se me ha perdido a mí aquí… Bueno, que se lo pregunten, no pienso responder preguntas estúpidas. ¡Ah! Que no lo pregunta nadie… O sea que a nadie le importa… Pues se equivocan si creen que no voy a explicarlo sólo porque a nadie le importe. Mi presencia aquí es un acto de fe y reivindicación, hacia una religión en la que creo, y a la que, por alguna extraña razón, se intenta desprestigiar desde algunos sectores de la sociedad.

Porque ser retrosexual, más que un modo de vida es una religión, pero la sociedad cada vez nos mira con peores ojos, guiada quizás por el continuo bombardeo al que es sometida por parte del sector publicitario, empeñado sabe Dios porqué, en que seamos todos unos maniquíes vivientes, con sonrisa de anuncio de dentífrico, cuerpo de escultura griega pero completa, siempre vestidos a la última moda y a ser posible con ropa que realce el escultural cuerpo, y un montón de cualidades más que diferencian a la clase llamada “metrosexuales”.

Pero nuestra religión se basa en una doctrina que sus seguidores cumplimos de forma casi inconsciente, y sin ningún tipo de esfuerzo por nuestra parte. Es una doctrina que no se aprende, y a diferencia de otras clases sociales, el retrosexual nace, no se hace. Yo soy Retrosexual de nacimiento, y hoy en día, aunque pueda cambiar tal condición, ni me planteo semejante atrocidad. ¿Cómo dice? Que hay que cuidar el aspecto… Mire usted, mi aspecto ya es mayorcito para cuidarse el solito, yo ya tengo bastante con cuidar mi estómago.

En realidad, a simple vista no hay demasiadas diferencias entre cualquier metrosexual y el que suscribe estas líneas. Los cuerpos de ambos, están llenos de bultos, o lo que ellos llaman músculos, sólo que los míos se agrupan casi todos en el estómago… Todo se limita a la localización de dichos bultos y es por lo tanto, una mera cuestión de Geografía.

La verdadera diferencia entre ambos, radica en la diferente manera de vivir la vida de unos y otros. Mientras que ellos emplean muchas horas de su tiempo libre en machacarse en el gimnasio, y en pasar por el taller de chapa y pintura que tienen instalado en el baño de su casa, nosotros las empleamos en disfrutar de una conversación con los amigos con unas cervezas de por medio sólo por poner un ejemplo. Sí, ya sé que ellos también lo hacen, pero mientras que para ellos es una actividad secundaria, para nosotros se trata de algo prioritario.

Yo no estoy en contra de los metrosexuales ni los odio, más que nada, porque gracias a ellos, nuestro colectivo tiene la notoriedad que se merece. En realidad, dentro de cada metrosexual, hay una mujer muy masculina intentando salir. Sería muy triste que todos fuéramos iguales. Pero seamos serios, nunca me ha gustado ir en contra de la madre naturaleza, y si Dios hubiera querido que el hombre no tuviera pelo, nos habría creado como a los peces. Quiero decir, el pelo que se quitan a base del proceso llamado “depilación”. El otro, el de la cabeza, que nos abandone, como hace nuestro desodorante, también es un capricho de la naturaleza, así que no lo podemos incluir en el proceso “depilación”.

No debemos preocuparnos porque, hasta el momento, somos mayoría, pero si debemos empezar a movilizarnos para que no haya desertores en nuestras filas que se pasen al bando contrario. Que nadie se engañe, si analizamos bien la situación, veremos que a las mujeres les gusta disfrutar visualmente de nuestros enemigos, al igual que a nosotros cuando vemos a un monumento de dicha clase social, pero al final… ¿Con quién se quedan y con quién nos quedamos?...

Friday, March 19, 2010

¿Quienes somos?

Todo comenzó sin apenas darnos cuenta. Un día apareció un personaje por la tele en un programa de esos del corazón, parecía “afeminado”, “fino”, como casi todos, pero era peor, se convirtió de repente en una plaga, empezaron a proliferar como setas, como un virus invasor que cuando te quieres dar cuenta no te lo puedes quitar de encima, de repente los raros somos nosotros, nos miran como dinosaurios, una especie en extinción.

Era uno de esos días, que me levante sin muchas ganas de discutir, y muy a mi pesar, fui a una de esas tiendas de franquicia, que tan de moda están ahora, con mi novia, a comprarme ropa, de las que les gusta a ellas, nada de camisas negras, pantalones vaqueros o chupas de cuero. Vimos una trenca, nos acercamos al dependiente y pedimos la talla XL, si la XL de siempre, la talla de los bebedores de cerveza acompañada de tapa de cecina o chorizo, pero coño, me probé la cazadora y se me ciñó al cuerpo como una malla, ni siquiera me entraban los brazos, parecía una salchicha y no digamos de atármela, algo imposible, me sobraba barriga y media, mi preciada barriga cervecera que tantos años me costo conseguir.

Lo peor fue ver la sonrisa del dependiente, esa sonrisa de gilipollas que venia a decir: “hay que ir más al gimnasio”. Ese idiota que no se acuerda a que saben unas buenas alubias con morcilla, era uno de esos nenes a los que ahora se les llama “metrosexuales”. Si señores, se llaman metrosexuales, y no se refiere al tamaño de su miembro, ya que eso ahora no importa, lo importante de verdad es echarse cremitas para hombres por todo el cuerpo, depilarse integralmente, si, habéis oído bien, se quitan todos los pelos, hasta los del culo, será para ponerse después el tanga, y no de leopardo, no, seguro que rosa. Era uno de esos tipos que tienen pinta de niño malo, pero son afiliados a ONGs, de esos que entienden a las chicas, o eso quieren hacer creer, de los que una madre quiere para su hijita y sueña que se lo lleva todas las noches a su cama, uno de esos Cristianos Ronaldo o Beckham.

Creíamos que todo estaba perdido, cuando leo en una revista, algo al respecto, empieza a aparecer una nueva clase social, son los llamados “RETROSEXUALES”, hombres que quieren ser “HOMBRES”. Salir con los colegas sin dar explicaciones a nadie, beber cerveza y comer lo que quieran y cuanto quieran, ir al fútbol, las revistas de coches, las Harley Davidson, no les preocupa su aspecto y les da por culo lo que piensan los demás, trabajan como cabrones, pero cuando salen, disfrutan de la vida sin limitaciones. Son un grupo de hombres identificados con Hommer Simpson o All Bandi a los que nunca veras en un Zara, a no ser que estén en la sección de lencería femenina, y todavía se giran cuando pasa una tía buena para mirarla el culo, son “MACHOS” y están orgullosos de ello.

Cada vez somos más, y no tenemos nada de que avergonzarnos, de nuestras barrigas cerveceras, de nuestro aspecto de Torrente, estábamos aquí antes de que ellos aparecieran, y aquí seguiremos cuando desaparezcan, porque no hay que olvidar que al final, las tías los prefieren hombres, pero bien hombres, y si no, siempre nos queda tomar la ultima cerveza en un club de carretera, que allí siempre nos tratarán como auténticos machos.