Pero nosotras no leímos la letra pequeña. Sí, si hay letra pequeña…, eso o creéis en el ratoncito Pérez.
Siento deciros que ese cubo que suele estar situado en el baño, en el cual depositáis la ropa sucia no es mágico, no no lo es, vosotros solo hacéis la acción de depositar la ropa sucia dentro del cubo, eso cuando acertáis a introducirlo dentro, claro, y a los pocos días lo encontráis esa misma pieza en perfecto estado de nuevo en el armario, pero claro, detrás está la mujer, que primero examina la ropa para ver si os habéis dejado algo en los bolsillos (no, no es por motivos de cotillear sino para evitar que echéis la culpa de lavaros el dinero u otros objetos); si hay que coser algo o si hay alguna mancha que no sale en la lavadora…
Porque eso del frotar se va acabar tampoco es real, después clasificar según color y tejido, lo introducimos en la lavadora, la ponemos en marcha en el programa adecuado, tendemos la ropa, recogemos una vez seca para luego plancharla y guardarla en el armario. Ya estáis agotados ¿verdad? Solo pensarlo, pues efectivamente el hecho de lavar la ropa lleva su trabajo y tiempo.
Seguimos: tema comida. Todos los días hay que pensar en que ponemos de comer al día siguiente para comprar el día anterior los ingredientes y cocinarlos, no podemos repetir el menú por que los señores se ofenden y te saltan eso de “¿otra vez lo mismo?”, por lo que hay que hacer cantidad para un único día, que tampoco queréis la comida congelada, por lo que eso significa que hay que cocinar todos los días, además de tener que pensar menú, claro está hay que descartar ese menú preferido, por que como vuestra madre no lo hace ni el mejor chef del mundo.
Aun así nos tenemos que esmerar, no para que nos salga bien, sino excelente, y aún así siempre escucharemos el comentario “esta bueno pero a mi madre le sale mejor”, después de pasar horas delante del fogón. Pues iros donde vuestra madre y así no tenemos que tirarnos horas delante del fogón. Además de estar a la vez pendientes de los niños que andan peleándose por la casa.
La nevera tampoco es mágica, aunque vosotros solo hagáis el gesto de abrirla y siempre tengáis vuestra cervecita fría, que además de comprar lo necesario para la comida de la semana tenemos que rellenarla con vuestras cervecitas. Eso sí, que desaparecen por arte de magia además de vuestros picoteos y además de tener que comprar todo los consumibles, dícese de esos elementos que se terminan y deben reponerse, de la casa. Todavía no han inventado la nevera autorellenable, no, la tecnología no ha llegado a tanto.
Y vosotros, ¿a que os dedicáis?..., a tumbaros en el sofá con vuestra tripita (esa que prometisteis no tener) y vuestra cervecita fría.
Claro y luego pretendéis que no estemos cansadas, ni que nos duela la cabeza. ¿No habéis pensado nunca en ayudarnos? Si, pensaréis que vaya aburrimiento, pero puede ser de lo más agradable si transformamos las tareas en una actividad más seductora. Pero para hacerla más seductora es necesario de dos componentes claro, además de acabar antes y tener más tiempo para disfrutar… ¿o tal vez no?
Jejejeje
¿Y donde esta eso de que nos vais a llevar el desayuno a la cama?, eso solo ocurre cuando nos vais a decir que os vais a ir de juerga o a ver el partido con vuestros amigos.
¿Donde están aquellas promesas? Sólo os dais cuenta de que no existe el cubo magino, ni los duendes, ni la magia cuando os quedáis solos y no os queda más remedio que realizar vosotros solos las tareas del hogar.
Con lo divertidas que podrían a llegar a ser…, pero vosotros preferís estar tirados en el sofá…
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