Esta es una historia basada en un hecho real y cualquier parecido con tu vida, no es pura casualidad.
Todo comenzó un bonito día de verano, eran las fiestas de nuestro pueblo y como cualquier grupo de amigos, nos propusimos salir de juerga, por supuesto hablamos de una “inocente” juerga de machotes (comer, beber, babear y….hacer el ridículo entrando a tías).
Ignorantes de nosotros creíamos que esa tarde nos íbamos a comer el mundo, pero no habíamos contado con un pequeño problema, o un gran problema, como lo queramos ver……… NUESTRAS PAREJAS.
¿Cómo se nos podía haber ocurrido salir un sábado tarde, en fiestas, de marcha y no contar con ellas?, pero que egoístas somos, que van a hacer ellas, ¿quedarse en casa, guardando la ausencia? (Reflexionó Fer).
Pero que pasa, ¿acaso no tenían amigas antes de conocernos?, ¿no pueden quedar ellas y salir juntas?, todos necesitamos un poco de espacio y divertirnos con los colegas, comento Caarsa.
No sé de qué nos extrañamos, dijo Elvis, siempre nos pasa lo mismo, y acabamos saliendo todos juntos, cenando donde ellas quieren y bebiendo copas en la terraza de una cafetería, y mientras ellas toman un café y critican a todas las tías que pasan, nosotros con señas de complicidad y mordiéndonos la lengua, las miramos el culo y pensamos lo que las hubiéramos dicho si no estuviéramos con ellas.
¡Ah, no!, esta vez vamos a ir donde nosotros queramos, protestó Julio, para algo somos “retrosexuales”, y no nos dejamos dominar así como así.
Como algo anormal y extraordinario y todos os podéis imaginar, quedamos las cinco parejas a las 20:00h donde siempre, para tomar unos vinos, pasar por las ferias y picar algo para cenar, pero en esta ocasión, estábamos preparados y no íbamos a sucumbir a sus caprichos, iríamos donde quisiéramos nosotros, y así lo dejamos claro desde el principio.
No nos pusieron ninguna pega, así que nos fuimos con la cabeza bien alta, y como pavos reales al Bar de Paco, el garito de un colega al que íbamos cuando éramos “solteros”, la tarde-noche prometía.
Después de 1 hora y un par de cervezas, salimos con dirección al siguiente bar de “nuestra antigua” ruta. Ya en este bar nuestras acompañantes se quedaron fuera, decían que era cutre y estaba sucio, que solo había críos borrachos y que no pintábamos nada allí. Lo que todavía no acababan de comprender, es que nos daba igual los críos que hubiera, lo importante eran las niñas, “Y QUE NIÑAS”, “QUE BOMBOCITOS”, están para comérselas a mordisquitos…… y no como las nuestras, que parecen “VACAS VIEJAS” (en el buen sentido de la expresión) , esperando fuera y con careto.
Como es de suponer, solo tomamos 1 cañita rápida, y en 15 minutos ya estábamos con ellas, viendo las caras de “buldog” que tenían y encima sin abrir la boca, ni siquiera se miraban entre ellas, lo tenían todo estudiado, pero nosotros no íbamos a sucumbir a “SUS ENCANTOS”.
No sé si por orgullo o decisión de alguien en concreto, decidimos cenar unas hamburguesas con patatas en un garito llamado TRAGANDABLAS , era de toda la vida, de los que se llama con “solera”, cantidad de comida, precios baratos, cocina sucia y más grasa en el pelo de la cocinera que en la freidora. De esos sitios donde no te ponen cuchillo y tenedor para comer un sanwhich o burger, o sea, donde nuestras “queridas parejas” ni se dignarían en pasear por la acera.
Al minuto , la mujer de Fer dijo que se iba para casa, que al día siguiente tenía que madrugar para no sé que de su madre, a lo que la mujer de Caarsa, respondió que para lo que estaban haciendo y ya que se la había quitado el apetito, ella también se iba para casa, y las demás, al unísono y como un ejército marcial , asintieron y se dispusieron a marchar, con malas caras y disolviendo un bonito día de juerga planeado por 5 colegas que solo buscaban el pasarlo bien y recordar viejos tiempos.
Al día siguiente, Julio comentó a Elvis, que no solo se llevo una bronca cuando llego a casa, sino que además, eso de sábado sabadete, pues nada de nada, mala cara, esquijama y hasta mañana y encima sin cenar.
Y yo, Jomer, que queréis que os cuente, ya sé que somos unos egoístas, egocéntricos y solo nos preocupamos de nosotros.
Mira que querer juntarnos una vez al año, y querer recordar garitos donde íbamos antes de ser “prisioneros” de nuestras parejas…
¿Qué porque no vamos donde ellas quieren?
¿Por qué no nos dejamos DOMESTICAR de una vez y dejamos de soñar en esa falsa libertad?
Si es que no pensamos en ellas, si fuera al revés…….”¡NOS DARIAN POR CULO Y A JODERSE!”.
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